01 junio 2012

AMERICA - ESPAÑA



José de San Martín

Simón Bolivar

AMÉRICA - ESPAÑA
Fecha de emisión: 12 octubre 1978
Valor facial: 7 pesetas y 12 pesetas
Dentado: 13 ¼
Impresión: Calcografía
Tirada: 10.000.000
Pliegos: 80
La serie de "Forjadores de América", denominación que se ha transformado después en "Hispanidad", tiene el nombre, desde 1978, de "América - España". Y trae este año dos valores de 7 y 12 pesetas, que llevan la efigie, respectivamente, de San Martín y Bolívar, figuras descollantes en la lucha por la independencia de la América Hispana.
El general José de San Martín, nacido en la Argentina en 1778, era hijo de un militar español. Se inició en la milicia en España, a los once años, y lucharía después en África, en el Rosellón y en la guerra contra las fuerzas napoleónicas, distinguiéndose en la batalla de Bailen. Vuelto a la Argentina en 1811, con el grado de teniente coronel, se ofreció a las fuerzas revolucionarias. Batalló en la Argentina, Chile y Perú desde 1812, pero se vio envuelto en las turbulencias y ambiciones inherentes a la formación de las nuevas repúblicas y marchó a Francia en 1824. Allí murió, en 1850, y su cadáver retornó a la Argentina en 1880.
En cuanto al criollo Simón Bolívar, nació en Caracas en 1783 y era hijo de un rico hacendado de origen vasco. Casó en Madrid, quedó viudo cuando todavía no había cumplido los veinte años y se dedicó a la política. Ya no volvió a contraer matrimonio, aunque su biografía registre no pocos idilios y aventuras amorosas. De un preceptor russoniano que tuvo en su niñez, adquirió el amor a la libertad que presidió su vida. Apasionado, arrojado, generoso, idealista, luchó hasta su muerte por la independencia de la América española y no poco también contra las asechanzas de sus compatriotas enemigos, políticos de escasa entidad que llegaron a intentar matarle. Empeñado en una incesante actividad militar y política con una larga y novelesca historia de batallas y avatares, vio llegar la muerte, perseguido o abandonado de aquellos para quienes luchara, en 1830. Se le aclama hoy como uno de los más preclaros y ejemplares hijos de América.

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