Escuelas Valenciana, Gallega, Madrileña (Retiro), Extremeña, Toledana y Andaluza, respectivamente. |
ARTESANÍA
ESPAÑOLA - CERÁMICA
Fecha
de emisión: 20 marzo 1987
Valor
facial: 7 pesetas, 14 pesetas, 19 pesetas, 32 pesetas, 40 pesetas
y 48 pesetas
Dentado:
12 ¾
Impresión:
Calcografía y Offset
Tirada:
3.500.000
Pliegos:
36 mas 18 viñetas (6 series)
La
tradición ceramista de nuestro país arranca desde el Neolítico. Se
confeccionan en aquella remota época piezas sencillas, de formas
rudimentarias e irregulares, puesto que el torno de alfarero llegará
muchos años después, con los fenicios. Tras de la cerámica
neolítica florece la de la Edad del Bronce, cuyo más conocido
ejemplar es el «vaso campaniforme», que irradiará a toda Europa.
Más
tarde dejan notar su influencia en la cerámica indígena las
procedentes de Grecia y Roma. Con los árabes nos llegará la
cerámica vidriada y la nazarí, presente en la Alhambra, y después
florecerán variados estilos en los alfares de diversas regiones
españolas, con sello propio y personal, que se acreditarán en
muchos países por su singularidad y su belleza.
El
conjunto de seis sellos que se emite con este tema, presenta otros
tantos ejemplares. Por orden de valor facial, vemos, en primer lugar,
un bote de farmacia, de Manises. La cerámica de esta población
valenciana alcanzó gran esplendor, ya en la Baja Edad Media, y desde
entonces posee un gran renombre.
Vemos
a continuación una moderna loza de Sagardelos (Coruña). Funcionaron
allí las llamadas Reales Fábricas, fundadas en 1802 con el fin de
confeccionar cerámica a imitación de la inglesa. Sagardelos tuvo
su mayor esplendor en la primera mitad del siglo XIX, y sigue hoy
produciendo cerámica de calidad.
El
siguiente sello ofrece un jarrón neoclásico, del siglo XVIII, de la
fábrica del Buen Retiro, erigida en 1759 por Carlos III, rey de las
Dos Sicilias, al ascender al trono español, fábrica a semejanza de
la que este rey había creado en Capodimonte, cerca de Roma. La del
Buen Retiro llevó una desordenada existencia hasta que fue destruida
en 1812, durante la guerra de la Independencia.
La
botija que vemos en el sello de 32 pesetas recibe el nombre de
«maricona». Procede de Salvatierra de los Barros (Badajoz), donde
la alfarería es la principal actividad. La roja arcilla de la zona
da lugar a una variada serie de piezas no sólo en Salvatierra, sino
también en otras poblaciones de la Baja Extremadura.
El
más destacado exponente de la cerámica castellana del Siglo de Oro
es la de Talavera. Empieza a ser famosa en el Renacimiento y llega
hasta hoy. Tanto la serie polícroma como la decorada en azul sobre
fondo blanco, son características de esta cerámica toledana. El
sello reproduce una jarra con fajas festoneadas.
Corona
la serie un cántaro de cuello corto con una airosa asa. Es
granadino, de Fajalauza, y su decoración y sus colores recuerdan la
obra de los antiguos alfares musulmanes. Se encuentra en el Museo
Arqueológico de Granada.
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