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Castillo de Oix (Girona) |
Matasellos
del Primer Día de Circulación
|
ZONA DEL BAJO PIRINEO
CATALÁN
Fecha de
emisión: 1 de
Octubre de 1999
Valor
facial: 70 pesetas
Papel:
Estucado, engomado, mate, fosforescente
Estampación:
Calcografía
Tamaño
del sello: 40,9 x
28,8 mm.
(horizontal)
Efectos en
pliego: 50
Dentado:
13 3/4
Tirada:
1.500.000
Al
nordeste de la provincia de Gerona y rodeado de altas montañas se
encuentra el pueblecito de Oix, cuyo pasado histórico queda patente
en el castillo medieval recientemente restaurado. Oix se encuentra
cerca de Olot; en la
subcomarca de la Alta Garrotxa, de
la que fue capital hasta que quedo anexionado a la villa de Montagut
de Fluvià. Esta
zona, que se sitúa en el Bajo Pirineo Catalán, alcanzó una alta
densidad de población desde la invasión árabe hasta la guerra de
liberación de los payeses de Remensa, en la segunda mitad del siglo
XV. Fruto de este pasado histórico medieval son sus ermitas
románicas, claustros y el castillo fortaleza de los antiguos señores
de Oix.
Los
castillos españoles, desde el siglo X al XVI, representan la forma
de vida de la época medieval. Se construían en puntos estratégicos
para la defensa de los pueblos o comarcas; y se describen como
lugares fuertes cercados de murallas, baluartes, fosos y otras
fortificaciones. Las primeras noticias del Castillo de Oix datan del
año 937, en que
aparece reseñado en una cesión hereditaria. En 1213
es citado nuevamente por motivos de
celebraciones religiosas, convirtiéndose, a partir de esa fecha, en
un referente de la historia local, que adquirió su máximo
protagonismo durante la Rebelión Remensa iniciada en la Alta
Garrotxa. En el
siglo XV los Reyes Católicos ordenaron el derrumbamiento de la
esquina norte del castillo con el fin de que pudiera entrarse "a
pie plano".
En los
siglo posteriores y debido a la despoblación de la zona, el castillo
se convirtió en sede de bandoleros, por lo que fue mandado destruir
en el siglo XVIII. La reacción popular impidió el derribo, aunque
sí desapareció el torreón o "torre de l'homenatge".
La fortaleza se convirtió en una importante
"masía", que decayó a principios del siglo XX. Tras años
de abandono, en 1976 se
comenzó su restauración para recuperar el antiguo carácter
medieval.
El sello,
de 70 pesetas,
reproduce una imagen del conjunto monumental.
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