Fragmento de la Fachada de la Iglesia de San Pablo (Valladolid). Se completa con el resto de la fachada y su entorno, y logotipos. |
Matasellos
del Primer Día de Circulación
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EXFILNA'92
Fecha de emisión: 9 octubre 1992
Hoja Bloque de 105 x 78 mm
Valor facial: 27 pesetas
Dentado: 14x 13 ¾
Impresión: Calcografía y Offset
Tirada: 1.963.095
El Grupo Filatélico y Numismático de Valladolid ha organizado en esta ciudad castellana la Exposición Filatélica Nacional o "Exfilna'92", que se celebra anualmente en nuestro país. La Exposición se inauguró el 9 de octubre y se mantuvo abierta hasta el día 18 del mismo mes. El día 12 tuvo un relieve especial, pues al cumplirse en él los 500 años del descubrimiento del nuevo continente, se celebró el día de América. La Exposición, que contó con numerosos fondos expuestos, un matasellos especial y el nutrido programa de diversos actos acostumbrado en este evento anual, ha dado lugar, asimismo, a una hoja bloque como soporte de un sello. En él se reproduce la fachada de la iglesia de S. Pablo, situada en la plaza del mismo nombre de Valladolid.
La ciudad, en el corazón de la meseta septentrional, se halla junto a la confluencia de los ríos Esgueva y Pisuerga. Es una urbe moderna, pues ha experimentado un notable crecimiento; los 70.000 habitantes de principios de siglo han pasado a ser cerca de 400.000 en 1992. Tiene origen remoto, prerromano al parecer, y fue Corte durante unos pocos años a principios del siglo XVII. Posee muchos y singulares monumentos, civiles y religiosos; entre estos últimos figura la catedral y, junto a muchas y singulares iglesias, la de S. Pablo, elegida para ilustrar el sello de la Exfilna'92.
Este templo es lo que resta del antiguo convento de Dominicos de S. Pablo, una fundación de doña Violante, esposa de Alfonso X el Sabio, aunque la obra fue realizada después por mandato de doña María de Molina. La joya de esta iglesia, y una de las más apreciadas de la ciudad, es la fachada, de estilo isabelino, que aparece en el sello. Tiene dos cuerpos, el primero de los cuales mandó erigir fray Juan de Torquemada; el segundo corresponde a Francisco de Rojas, duque de Lerma y privado de Enrique III. Mal se avienen tales dos cuerpos, claramente diferenciados, con la atribución de su autoría total al arquitecto burgalés Simón de Colonia, aunque otros aseguran que intervino también Gil de Siloe. Cuajada la portada de numerosas figuras, la piedra está aquí trabajada primorosamente, como si se tratara de un retablo tallado en madera. Flanquean la fachada dos altas torres, cuya severidad contribuye a acentuar la delicada labor que constituye la portada. Añadamos que Simón de Colonia era hijo de Juan de Colonia, a quien trajo a España el obispo Alonso de Cartagena, a su vuelta del Concilio de Basilea, para trabajar en la catedral de Burgos.
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