Crystal Palace, Londres, 1891 |
Torre Eiffel, Paris, 1889 |
Atomium, Bruselas, 1958 |
Torre del Sol, Osaka, 1970 |
EXPOSICIÓN
UNIVERSAL DE SEVILLA. EXPO
– 92 (Serie IV)
Fecha
de emisión: 9 febrero 1989
Valor
facial: 8+5 pesetas (2 sellos) y 20+5 pesetas (2 sellos)
Dentado:
14x 13 ¾
Impresión:
Huecograbado
Tirada:
2.000.000
Pliegos:
80
Con
motivo de la Exposición Universal que ha de celebrarse en Sevilla
durante 1992, sale a la luz una nueva serie de sellos, la cuarta que
aparece con idéntico tema. La que aparece en febrero de 1989 tiene
cuatro, con una atractiva ilustración.
En
los sellos hay dos motivos comunes. Uno de ellos es el símbolo
gráfico de la Exposición; el otro, el globo terráqueo que
sustituye a la letra «o» en dicho símbolo. Estos globos están
surcados por vías de comunicación de forma creciente, pues en uno
de los sellos aparece una sola línea producida por la estela de una
carabela, en una clara alusión al Descubrimiento, para ir aumentando
dichas líneas o vías hasta surcar toda la esfera en el último de
ellos.
La
variante en los sellos es la imagen de cuatro Exposiciones
Universales celebradas antes de la que Sevilla se dispone a efectuar.
La última fue la
de
1970 en la ciudad japonesa de Osaka, y la ilustración es la «Torre
del Sol», obra del arquitecto Kenzo Tange, que
simboliza la dignidad y el progreso del ser humano. La inmediatamente
anterior está representada por el «Atomium», una molécula
compuesta por nueve átomos; se celebró en Bruselas en 1958. Otra
es la de 1889 en París, cuyo exponente, la torre creada por el
ingeniero Gustavo Eiffel es hoy, con este nombre, símbolo de París
y aun de Francia. Finalmente, vemos en otro sello el Palacio de
Cristal, donde estuvo ubicada la primera Exposición Universal en
1851.
Describamos
brevemente esta última, la primera en el tiempo; confiamos en poder
hacerlo con las otras tres en sucesivas emisiones. Se inauguró por
la Reina Victoria y la familia real y tuvo como origen la idea de
progreso que la Revolución Industrial había extendido a lo largo
del siglo XIX.
Su
fin fue exhibir «los adelantos de la Industria de todas las
Naciones». El Palacio de Cristal fue la maravilla de aquella época;
sus 300.000 hojas de vidrio cubrieron 70.000 metros cuadrados en Hyde
Park. Fue obra de José Paxton, un antiguo jardinero que se elevó
por su propio esfuerzo hasta ser una famosa figura pública. El
proyecto del Palacio triunfó entre otros 233; se construyó en
solamente cuatro meses y proporcionó a Paxton el título de Sir, que
le fue concedido por la reina Victoria.
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