Primer ferrocarril español en Cuba |
Implantación del telégrafo en Filipinas |
EUROPA
1988
Fecha
de emisión: 5 mayo 1988
Valor
facial: 20 pesetas y 50 pesetas
Dentado:
12 ¾ x13 ¼
Impresión:
Calcografía
Tirada:
4.000.000
Pliegos:
60
La
emisión «Europa» se dedica en 1988 a los medios de transporte y
comunicación. Uno de los sellos recuerda la implantación del
ferrocarril en territorio español; otro, el establecimiento del
telégrafo en las islas Filipinas.
El
primer ferrocarril español está constituido por la línea que une
en
Cuba, posesión española entonces, las poblaciones de La Habana y
Bejucal, distantes entre sí unos 27 kilómetros, y que fue
inaugurada en 1837. Sólo habían transcurrido doce años desde la
creación en Inglaterra del primer ferrocarril del mundo, y aún
tenían que sucederse once años más, a partir del instalado en
Cuba, para que circulara el primero en la España peninsular: el de
Barcelona a Mataró, que rodó por primera vez en 1848.
La
razón de esta temprana
iniciativa
de 1837 es la búsqueda del abaratamiento del transporte del azúcar
entre las zonas productoras y los puertos de embarque. Los
intransitables caminos, sobre los cuales llovía, en ocasiones,
varios meses seguidos, y el lento circular de las viejas carretas
tiradas por mulas o bueyes, hicieron pensar, incluso, en la
posibilidad de canalizar varios ríos para transportar el azúcar por
vía
fluvial.
El ferrocarril solucionó este problema hasta tal punto que, si en
1830 el transporte de una caja de azúcar desde Güines a La Habana
costaba doce pesos, en 1860, utilizando el ferrocarril, se reducía
el precio hasta sólo un peso. Ello contribuyó a elevar
considerablemente el beneficio de los plantadores de azúcar, pues el
precio no disminuyó prácticamente.
Un
año más tarde, en 1838, los 27 kilómetros iniciales llegaban a
cien. Y veinte años después existían en Cuba quince compañías de
ferrocarriles, con un
tendido
vial de más de 700 kilómetros.
En
cuanto al telégrafo se refiere, es sabido que se llama así a
la transmisión
de textos por un medio eléctrico. Antes de ello, y desde los albores
de la historia, se habían utilizado medios o sistemas ópticos y
acústicos.
El
sello, que muestra una vieja estampa de la plaza de Manila, en
Filipinas, rememora la implantación del telégrafo en aquellas islas
durante el siglo pasado en que el archipiélago era, como hemos dicho
antes en el caso de Cuba, territorio español. El telégrafo
eléctrico data de 1867 en las lejanas Filipinas; al menos esta era
la fecha en que el Ministerio de Ultramar ordenaba la sustitución
del antiguo sistema para instalar el eléctrico.
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