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DÍA DEL SELLO - FEDERICO MADRAZO Y KUNT
Fecha de emisión: 29 de septiembre de 1977
Valor
facial: 1 pesetas, 2 pesetas, 3 pesetas, 4 pesetas, 6 pesetas, 7 pesetas, 10 pesetas y 15 pesetas (Multicolor)
Dentado:
13 ¼
Impresión: Huecograbado
Tirada:
8.000.000
Pliegos: 80
Federico
de Madrazo y Kuntz nació en Roma en 1815. Allí
había
ido su padre, José de Madrazo, pintor de los reyes Carlos IV
y
María Luisa, acompañando a éstos al destierro. Casó en Roma José
de Madrazo con la hija del pintor alemán Tadeo Kuntz,
Isabel;
y
cuando
Federico tenía cuatro años, en 1819, se trasladó la familia a
España,
pasando a ser el padre pintor de cámara de Fernando VII.
Federico
está predestinado por su padre y por la sociedad dentro de la cual
está inserto, a seguir los pasos de su progenitor en el arte y en la
protección real. Empieza a cobrar fama a temprana edad: la reina
María Cristina le nombra a los dieciocho años pintor de cámara
supernumerario, le condecora y envía uno de sus cuadros al Museo del
Prado. En 1833 va Madrazo a París, donde entabla relación con
Ingres y pinta para el rey galo Luis Felipe. La siguiente y obligada
etapa es Italia. No volverá a España definitivamente hasta
1842.
Aquí opta por el brillo que proporciona la alta sociedad y pasa a
pintar
retratos incesantemente, de los que se dice pasaron de seiscientos.
Reyes —cerca de treinta sólo de Isabel II—, aristócratas,
poetas, artistas, políticos, literatos, posan para él.
Y
sus retratos, delicados, llenos de majestad y de buen gusto, pasan a
ser avalados por sus
excelentes
valores pictóricos. A
ellos
consagra
su vida Madrazo, y cargado de honores, de condecoraciones, con los
títulos de presidente de la Academia de San Fernando, de director
del Museo del Prado y otros muchos nacionales y extranjeros, ve
llegar su muerte en Madrid el año de 1894.
Los
retratos recogidos en la emisión de sellos a Madrazo dedicada, son
los siguientes, reseñados por orden creciente del valor facial del
sello: El niño Flórez, un cadete rubio, cuadro con reminiscencias
inglesas; el general Duque
de
San Miguel, militar y hombre de letras, cuyo libro «Historia de
Felipe II», aparece en el cuadro. Sigue la poetisa extremeña
Carolina Coronado y
el
más característico y popular poeta de la época isabelina: D. Ramón
de Campoamor, a quien frecuentemente se representa en su vejez, a
diferencia de este retrato. La marquesa de Montelo aparece en otro
sello; este retrato de la aristócrata española fue hecho en París,
en 1855. Vemos después al célebre erudito y editor español D.
Manuel Rivadeneyra, y a continuación a doña Amalia del Llano,
condesa de Vilches, cuya inteligencia y cultura, proverbiales en su
época, evidenció con sus novelas. Termina la serie con el
retrato
de la poetisa criolla Gertrudis Gómez de Avellaneda.
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